Siempre la veía en el mismo lugar, en la misma calle.Era una niña triste que siempre estaba sola.
Lo curioso es que la gente pasaba a su alrededor como si ella no estuviese ahí, como si no existiera, ¿sería así?
¿Es posible que no exista?-pensé yo-¿que no sea real?
Entonces levantó la mirada y clavó sus ojos en los míos.Esos ojos eran lo único vivo que había en ella, esos grandes ojos entre verde y marrones.La verdad es que me asusté, me quedé parada en mitad de la calle mirándola fijamente, tal y como hacía ella conmigo.Me daba miedo su mirada.Era profunda y mostraba nostálgia, pero.....¿nostálgia de qué? era sólo una niña.
Dejé de mirarla para ver si alguien se había dado cuenta de su presencia, pero cuando volví a mirar, había desaparecido.Entonces me dí cuenta, esa niña era yo.
soñadora
3 comments:
me ha encantado eso que has escrito. precioso.
un bso.
impresionante susi!
me ha dado un poco de mal royo...pero me ha dejado rayadisima xDD
Eres increible y escribes increiblemente genial!
Menudos genes tenemos en la familia!!!
Un beso graaaaande grande! Te quiero crack del latin!1
Tontis Siempre! =)
Aunque al terminar de leerlo supiera que eres tú sigo teniendo la impresión de que la niña es la pequeña vendedora de cerillas del cuento de Andersen...
muy bonito :)
besitos
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