Tuesday, September 28, 2010

Encuentros de media noche

Y un año más pasa frente a nuestros rostros, comenzando un nuevo curso, conociendo caras nuevas, nuevos nombres que recordar, volviendo a encontrarnos con los viejos amigos, volviendo a ver sueños por cumplir con ilusión...

Cada vez siento más el peso de mi edad sobre los hombros, mientras contemplo errores que yo fui cometiendo años atrás en otros y de los cuales he aprendido a base de golpes que, en su momento me hicieron sufrir, que ahora me hacen reír...

Si ahora, cuando ya todo se ve a través de un cristal blindado que no quieres que nadie traspase, se consigue el avance, la seguridad y la determinación para cumplir nuestros objetivos o "sueños" sin sufrir más golpes...de qué sirve ya el riesgo, la ilusión...

Quiero romper el cristal y volver a ser como esas caras nuevas que veo por los pasillos. Sonrientes y espectantes de poder llegar a cumplir sus sueños, aquellos que nunca conseguimos alcanzar...









Soñadora

Saturday, May 02, 2009

En el parque


El aire la había conducido de nuevo ahí.
No sabía por qué razón aquel rincón del parque le atraía tanto.
Se sentó en un banco y contempló largo rato el lugar. Muchos cipreses la rodeaban y encerraban en un pequeño claro donde el sol, a duras penas, lograba llegar. Cuatro bancos de piedra, situados frente a frente formando una cruz, se encontraban vacíos, a excepción del que ella ocupaba.
Observando la situación, ella se dio cuenta de una cosa, toda la gente del parque pasaba alrededor de este lugar pero nadie se metía dentro, ni se paraba a observarlo.

“Qué raro…aquí sólo se oyen a los pájaros cantar y el sonido que las hojas producen al chocar con el roce del viento”- comentó la chica para sí.

El tiempo pasaba, pero en este lugar daba la sensación de que se había parado. Los ruidos que la gente producía en el parque, en este lugar sonaban lejanos y distorsionados como si de un sueño se tratara.

“¿Sueño o esto es real? Que extraña paz se respira aquí…”- pensó la chica medio recostada en el banco.

De pronto el colgante de su cadena se movió. Ella lo cogió y lo observó.
Recordó que había sido en ese lugar, en ese mismo banco, donde lo había encontrado semanas antes y le resultó extraño que todavía lo llevara puesto, cuando en realidad ella no solía coger las cosas que encontraba.

“ ¿Qué extraña circunstancia ha hecho que encuentre esta virgen y por qué razón me produce esta sensación de paz?”- pensó mientras observaba el colgante fíjamente buscando la respuesta.

Fue entonces cuando por su mente pasó la imagen de él, recordando todos aquellos momentos juntos que ella nunca había disfrutado como lo hubiera hecho de haber sabido lo que en ese momento sentía por él. Una lágrima rodó por su mejilla al recordar también el momento en el que él trataba de fingir una sonrisa tristona tras haberla explicado su error de sentimientos.
Sí, había sido rechazada varias veces por diferentes chicos, pero nunca le había dolido tanto como con él.
Se levantó del banco, se secó las lágrimas que habían caído erróneamente por sus mejillas y se insultó por haber sido tan débil y estúpida de creer que todo iba a cambiar, que aquel lugar y aquel colgante eran una señal.
Se arrancó la cadena del cuello, la lanzó lo más lejos que pudo y se marchó de aquel rincón del parque cabizbaja con la promesa de no volver.

Unos años después, tras muchos viajes, ella volvió a la ciudad.
En unas pocas horas libres que había conseguido de descanso, se fue a pasear por la ciudad. Recordando momentos y detalles de su vida estudiantil, no se dio cuenta de que sus pies la habían conducido al parque y, cuando salió de su ensimismamiento, se encontró de nuevo en aquel rincón del parque.
El tiempo no había pasado por ese lugar, se mantenía tal cual lo recordaba.
Se sentó en el mismo banco que por aquel entonces, cuando era una estudiante. Posó sus manos y sintió algo bajo la palma de su mano derecha. Cuando la levantó su sorpresa fue grande, pues el colgante que hacía años había lanzado con rabia se encontraba ahí, tal y como lo había encontrado. Lo cogió y lo observó.
Recordó entonces al chico del que ella había estado enamorada por aquel entonces y no se dio cuenta de que una pequeña lágrima estaba rodando por su mejilla una vez más.
Fue entonces cuando alguien le secó la lágrima de la mejilla. Ella sorprendida levantó su mirada y entonces le vio.
Los años habían pasado por él también, pero su dulce sonrisa seguía siendo la misma.
Se sentó a su lado y comenzaron a hablar y a recordar. En medio de aquel rincón sonaban las risas que los dos producían al recordar los viejos tiempos de cuando eran estudiantes y el tiempo parecía que se había parado.
En un momento de silencio, él observó el colgante que ella sostenía sin darse cuenta, lo tomó un momento y se lo puso con cuidado para sorpresa de ella.
Fue entonces cuando se miraron a los ojos una vez más y se dieron cuenta del error que habían cometido una vez cuando eran estudiantes.
Se abrazaron durante largo rato como si fuera a ser la última vez y finalmente se besaron.


Sólo el tiempo puede decir lo que el destino tiene reservado para cada uno.





Soñadora

Thursday, December 18, 2008

Indecisión

Se sentó en una silla y se propuso no pensar pero sus ojos y su imagen venían una y otra vez a su mente.

¿Qué le ocurría?

¿Por qué ella?

¿Qué tiene de especial?

Cambió varias veces de postura incómodo por los recuerdos que le venían a la mente que, aunque pocos, le resultaban intensos.

Sin darse cuenta una de sus manos acariciaba suavemente sus labios y una pequeña sonrisa asomaba por ese momento en que sus labios se unían en todos esos recuerdos.

¿Es posible que esa chica, de quien no sabía mucho, hubiera podido conseguir lo que muchas no consiguieron jamás?

De pronto se levantó enfurecido tirando la silla y se regañó a sí mismo por su momento de debilidad. Él no estaba enamorado, simplemente no podía estarlo y nadie jamás lo tendría que poder lograr...¿o sí?




Soñadora

Friday, December 12, 2008

Poema romántico

Rojos pétalos que una vez acariciaron mi rostro ¿Cuál es la razón de que ese rojo tulipán que tanto ansío y tanto adoro se haya alejado de mí?

Me siento desesperar todavía cuando esos dulces labios de miel besaban suavemente a ese monstruo que una vez creí conocer…que una vez consideré amigo…

Recuerdo ahora con amargura tu bella figura, pálida cual cadáver, en cuyo rostro lágrimas caían de dolor como cascadas al haber presenciado la terrible escena. Tu amado yace mortalmente herido en el barro. La sangre ya se mezcla con el fango y crean un riachuelo que llega a mis pies. Lentamente se ve caer mi pistola y mis rodillas se clavan en el suelo cuando me doy cuenta de lo que he hecho. Pero el tiempo pasa sin poder evitarlo y te veo agarrar el arma. Cuando quise evitarlo era ya demasiado tarde. Tu cuerpo había caído junto al suyo. Vuestra sangre se había unido como vuestras almas y el rojo de tus labios había desaparecido…

Rojos pétalos que una vez acariciaron mi rostro ¿Cuál es la razón de que ese rojo tulipán que tanto ansío y tanto adoro se haya alejado de mí?


Soñadora

Saturday, November 22, 2008

Pensamientos

Sábado 22 de Nobiembre, Santa Cecilia.

Las calles por donde paso están desiertas. Ni un alma avanza conmigo ni en mi contra.
De pronto el Cierzo sopla con fuerza, revolviendo mi pelo y agitando las prendas que mi delgado cuerpo ha dejado grandes.

Por mucho que sopla, yo sigo avanzando y avanzando, metida en mis pensamientos.

Entonces caigo en la cuenta.

La calle no está vacía. Miles de almas tratan de arrastrarme hacia su guarida. Menean mi cabello y juegan con mi cuerpo. Les divierte ver a su futura compañera y tratan de mandarle mensajes para que ella les siga. Pero yo me resisto.

En el fondo sé que es absurdo vivir esta vida extraña que no conduce a nada seguro. Solo tenemos la seguridad de la muerte y ni siquiera sabemos cuando aparecerá.

Pero la misión que tenemos que cumplir es la de no dejarnos vencer. Luchar por todo aquello que queremos, sea o no egoísta y vivir la vida que se nos ha concedido hasta el final.



Soñadora

Monday, November 03, 2008

sonata II de Bach, grave

El alma vibró en mi pecho. Tanto tiempo dormida en mi interior que ahora que había despertado, se agrandaba poco a poco, haciendo que mi corazón, marchito ya desde hacía tiempo, palmitara rápidamente.

De pronto, un acorde sonó de forma lenta y cálida, dándole color a mi alma, color rojo.

El alma del instrumento se agrandó junto con las siguientes notas arrancadas por los suaves pero firmes movimientos que el alma indicaba a mi brazo.

Como si mi alma lo deseara...esos sonidos se volvían dulces y amargos a la vez, produciendo momentos de alegría, dolor, agonía...

Ambas almas, la mía y la del violín se encontraron y unieron, formando así un espíritu musical que poco a poco iba quemando la melodía conviritiéndola en vida.

Pero cuando la última nota deja de sonar...las almas se separan y enfrían, volviendo a dejar al corazón marchito y al cuerpo muerto...



soñadora

Tuesday, September 16, 2008