Como dice Miss smile, la vida es un tren en el que suben y bajan personas contínuamente. Nunca se sabe cuántas personas subirán en una estación ni cuántas bajarán, pero lo que yo si que sé es... que por muchas personas que suban o bajen, habrá algunas que se queden ahí simplemente porque se sienten bien en los cómodos asientos a los que yo les doy acceso.
Puede que les haya hecho gracia lo de los cómodos asientos...si...pero para mí esos asientos son mi carácter, mi personalidad, y eso, a mi parecer, es lo más importante a la hora de conservar o no una amistad.
Debo admitir que no suelo ser una persona fácil de alcanzar, suelo acercarme a tantear a las personas, si me gustan, dejaré que intenten conocerme, pero si no me gustan, dad por hecho que esas personas son inmediatamente expulsadas de mi tren, esté en marcha o no...
Por lo general suelo tratar de averiguar el carácter de las personas que hay a mi alrededor, analizo cómo se comportan si hago esto, si hago aquello...y si su forma de actuar no me gusta, simplemente me alejo de ellas o saco mi arma secreta, el asiento estropeado que con solo sentarse, hace saltar un muelle por el cual salen expulsados lo más lejos posible del camino.
Pero por muchas personas que hayan estado en mi tren, solo hay cuatro que merecen los asientos de honor, pero por pudor no voy a decirles sus nombres, pues ellos lo sabrán.
Gracias a estas personas, mi vida ha cambiado, ha evolucionado y...puede que haya mejorado.
Gracias chicos
Soñadora
