Aquella mañana, no sé por qué razón, no tenía ganas de hacer nada.Solo quería andar.Andar y pensar.
Aunque hacía frío y llovía de vez en cuando, yo seguía caminando por la calles de Madrid sin rumbo fijo.Mirando sin mirar los enormes edificios que me rodeaban y que, aún conociéndolos, siempre los veía diferentes.
Me sentía un fantasma que pasaba entre las personas que iban a trabajar como si fueran de uniforme, con su gabardina, su paraguas negro y su maletín.Era extraño, no me daba cuenta de que el tiempo existía, que pasaba y que me amenazaba con sus afiladas agujas.Simplemente lo miraba con los ojos perdidos y me preguntaba por qué algo que se representa por medio de aparatos con agujas de diferentes tamaños y formas podía dar tanto miedo a la gente...
Me sentía libre y me gustaba la sensación de ser anónima,de ser un fantasma entre la multitud, de no existir.....
soñadora
2 comments:
A mí me gustaba hacer eso en París... Tu post me ha dado ganas de camuflarne entre madrileños y pensar, que tengo muchas cosas en qué pensar...
Un besazo guapa :)
Fi.
A mi me encanta hacer eso,ya lo sabes...
esa calle......aysss...
besote!
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