Monday, September 10, 2007

Almas gemelas 2

Tras mi gran huida de la casa de Jim, decidí marchar a las montañas y dejar todo lo que me recordaba a él.No sabía lo que había pasado exactamente, me encontraba en un laberinto del que no podía salir.

¿Por qué razón me resultaba tan complicado admitir que le amaba?¿Qué hizo irme de ahí tan desesperadamente y con la cabeza gacha?

Me sentía cobarde, indecísa y sola.Siempre le había tenido a mi lado, apoyándome cuando no me salían las cosas bien, abrazándome cuando me sentía triste, y ahora, le dejaba solo a él, cuando más necesitaba mi apoyo, mi amor.....

Varios días lo estuve pensando y, al fin, un día decidí seguir con mi trabajo y olvidarlo todo.

Pasaron varios años y, tras pensarlo mucho, decidí hacer una expedición a la zona donde había sido tan feliz en otro tiempo, mi hogar.Fue un viaje bastante largo en tren.Veía, además de un gran y bonito paisaje, una sucesión de recuerdos que pasaban a gran velocidad por mi mente, como los rayos cuando caen en una tormenta.Entre esos rápidos rayos, ví a Jim, mi Jim, y me pregunté qué habría sido de él.

Cuando llegué a mi casa, había cambiado.Esa bonita cabaña, entre los árboles del bosque, con su ballita blanca y el lago al lado, se había convertido en una sucesión de remolinos de enredaderas y yerbajos silvestres que mostraban una forma de repulsión hacia mí de forma salvaje.Es como si mi propia casa me llamara cobarde.

Entré y lo encontré todo tal y como lo dejé, pero me di cuenta que faltaban algunas cosas. Faltaba uno de mis vestidos favoritos, un espejito que se me rompió al caer de la mesilla un día hablando con Jim, y una pulsera a la que había tenido mucho cariño, ya que me la había regalado Jim en mi decimo octavo cumpleaños.No sé si faltaban más cosas, pero echaba de menos esos tres objetos...

Salí de la casa y me acerqué al lago.Ese lago en que tantas veces había jugado con Jim, en el que habíamos remado en barca...Me sentía cada vez más débil, como si se me hubiera roto el alma.Había sufrido mucho por un error, un error producido por el miedo.

Estuve unos días limpiando la casa, cortando esas hiedras salvajes que me hacían heridas cuando trataba de arrancarlas con mis manos, cortando la hierba que se había convertido en una selva, y pintando la fachada para que volviera a ver mi casa tal y como era.

Pero eso no conseguía quitarme un pensamiento de la cabeza....Jim.

Jim era el que había hecho que volviera, él era el que me había formado como persona, era él quién conseguía hacerme feliz.Tire la brocha con la que estaba pintando la casa y, tal cual estaba vestida, comencé a andar en dirección a su casa.Llegué a su puerta y no llamé, me quedé parada mirando como una tonta a una silueta que estaba en el jardín.Aunque estaba a contra luz y no se reconocía bien, vi a una mujer paseándose con una cesta, mientras miraba las flores. Yo no podía respirar, sentí cómo se me helaba todo el cuerpo mientras contemplaba esa silueta, entonces, en ese momento salió Jim por la puerta donde yo estaba. Él paró en seco y me miró con los ojos muy abiertos, como si hubiera vistoa un fantasma y yo, pálida por la escena que estaba presenciando, le miré a los ojos y me dispuse a salir corriendo, entonces Jim gritó:

-¡¡¡No!!!¡¡No te vayas otra vez!!

Me intentó agarrar de la mano para que no me fuera, pero fui más rápida.Corrí aún siendo consciente de que él me seguía.Corrí tan rápido como pude y me escondí en mi casa.Cuando ya estaba allí, Jim golpeó la puerta y gritó lo más fuerte que pudo que quería entrar.Yo estaba muda, no entendía nada, no podía pensar,entonces hubo silencio.No sabía que había ocurrido, pero Jim estaba de pie frente a mí, mirándome directamente a los ojos.Estaba extremadamente delgado, agotado, dejado de la mano de dios por así decirlo.Noté de nuevo ese gran silencio agobiante de aquel día, pero esta vez hablé yo:

-Jim, he vuelto.Sé que suena ridículo, pero he vuelto.-me sentí débil, pero me levanté y continué hablándole-Supongo que me odiarás por lo que te hice aquel día. ¡no!no hables todavía, quiero decírtelo todo.Me siento culpable, cobarde y traicionera por lo que te hice.Me expresaste lo que sentías y me dio miedo, esa es la verdad, me dio miedo. No sé explicarte el por qué, pero fue así y tuve que huir. He estado muchos años fuera, trabajando con mis fotografías, pero me di cuenta que nada me hacía olvidarte.Me sentía triste, sola...sin tí...
Al final pudieron mis sentimientos y volví pero, por lo que he visto, demasiado tarde.
Ya sé que es muy tarde para decírtelo pero.......te amo, siempre te he amado y moriré amandote aunque no estés a mi lado.

Tras contarle todo esto, caí al suelo exausta y lloré, lloré con todas mis fuerzas, no podía aguantarlo más.Entonces, él se acercó y me levantó.Me miró de arriba a abajo y, finalmente, a los ojos.Tras esto, me agarró y me dio un abrazo.Un abrazo fuerte, sincero, notaba cómo temblaba de pies a cabeza mientras me abrazaba.Cuando me miró otra vez, vi lágrimas en los ojos.Aunque su voz era temblorosa y entrecortada me dijo:

-No me importa que te fueras.No me importa que sintieras miedo o cobardía.Lo que importa es que has vuelto y que me amas.Cuando te fuiste me sentía perdido, vine a tu casa y la vi abandonada.Me metí dentro y te cogí tres cosas que hacían que te mantuvieses viva en mi mente; tu vestido favorito, tu espejito roto y....la pulsera que te regalé cuando cumpliste 18 años.Sentí que me estaba muriendo al no ver tu sonrisa y tu alegría, por esa razón vino mi hermana a casa, para ayudarme a afrontar el haberte perdido.La verdad es que que no ha podido ayudarme mucho, he estado enfermo y con fiebre.Ya había perdido toda esperanza cuando vi tu sombra en la puerta de mi casa.En un principio pensé que estaba teniéndo más alucinaciones, pero cuando abrí la puerta y te vi, sentí revivir en mi interior...

-Tu hermana........-le miré a los ojos.

-Te sigo queriéndo y te querré siempre.

Nos miramos y , sin pensarlo, nos besamos.

Nunca me he sentido más feliz, mi vida ha sido inménsamente feliz desde que nos casamos y tuvimos a nuestros 3 maravillosos hijos. Ahora, en el final de nuestra vida, recordamos esa etapa como una prueba, una prueba que nos hizo comprender que somos almas gemelas y que, por mucho que nos puedan separar, volveremos a estar juntos.

1 comment:

mtg said...

Tiene mucha influencia de "Ana de la tejas verdes"y "mujercitas"pero la verdad es que tu relato engancha.
Es muy tierno :)