Thursday, August 21, 2008

Caminaba por el bosque sin rumbo fijo. Sus manos, con las palmas abiertas, acariciaban las cortezas de los árboles que más próximos estaban. De pronto se paró. A lo lejos la veía, veía aquella casita blanca en la que tantas veces había estado con su familia. Desde allí podía mirar y admirar el hermoso paisaje que se le presentaba. Las grandes montañas se erguían impetuosas frente a ella y en el pequeño valle que se podía ver abajo, se erguía orgulloso el pequeño pueblo con su gran estación.



Ella, asombrada por esta nueva revelación de su pasado en su presente, se sentó en el pequeño muro que bordeaba la casita y respiró profundamente el aire puro que se levantaba a su alrededor.



Realmente, todos sus sueños tenían razón. Aquel lugar era el rey de los sueños y ella era y siempre sería su sierva.







soñadora

1 comment:

Anonymous said...

Yugs, daw nabasahan ko naman ni sa iban nga blog?