sauce llorón

Los primeros rayos asomaban por detrás de la montaña. Aunque la mañana de un día nuevo se presentaba, las gotas del rocío indicaban que la noche había llorado amargamente una pérdida.

¿De quién se trataba? ¿pudiera ser un rico hombre, un aristócrata que hubiera dedicado su vida a malgastar el dinero y a repugnar a las gentes que manchaban el suelo que él pisaba?

¡No! en realidad se trataba de una pobre niña.

Pobre pero feliz. Había dedicado toda su vida a su familia, trabajando duro para ganar una mísera moneda, para lograr una migaja de pan para alimentar a su madre y hermanas, para encontrar un escondite frente a los puños de su padre borracho...

Aunque su vida no era buena, ella era feliz. Su felicidad consistía en sus sueños, su mundo.

Siempre que podía corría por el bosque, saboreando los aromas que se escondían entre los árboles, plantas, frutos...

Su lugar favorito estaba entre las gruesas raíces de un sauce con el que hablaba todos los días.Sus conversaciones con el árbol eran sobre su familia. Quería su felicidad por encima de todo.

Una noche, mientras ella trabajaba, su padre estando borracho pegó una paliza a su madre y hermanas hasta llevarlas a la muerte, después se marchó.Cuando la niña llegó a la casa y vio a sus seres queridos despojados de su alma, corrió y corrió.

Llegó al bosque y se arrodilló frente al sauce y le suplicó que daría su alma por tener a su madre y hermanas vivas y felices. Tantas lágrimas virtió, que el sauce se mojó y de sus hojas caían las lágrimas de la dulce e infeliz niña.

Al amanecer, los rayos salieron, pero la naturaleza estaba mojada porque aquella noche, un alma pura había muerto, y con ello la felicidad del sauce que lloró y lloró hasta nuestros días.


soñadora